“El pecado
huele a pescado”
“¿Cómo es
que olvido que tus realidades, aquellas que ignoro, hacen de mi corazón un
Anatema Fulminante?”
Sabía que no podía escoger el lugar donde nacer, ni
cómo nacer, ni escoger ninguna circunstancia que cambiarían toda una vida desde
la niñez desperdiciada. Lo que tampoco imaginaba era que se podría nacer de
nuevo, una vez todos los recuerdos del futuro regresaran. Pero el dilema es
justo este, recordar el futuro acarrea riesgos literalmente dolorosos y más que
ello dolores espirituales. Lo primero que recuerdo de mi nueva vida es aquel
joven Ingeniero Químico, llego a la clínica justo el día antes de mi partida
con barba casi no le reconozco, me dí cuenta de que estaba interpuesto a mi
realidad, pues cuando hice reticencia sobre la cicatriz que tengo en el labio
al lado izquierdo, me dijo que no veía nada, conto que ya tenía los personajes
del libro que estaba escribiendo. Fui a contarle a Luis sobre el encuentro con
Carlos Andrés, aunque fue él quien pregunto primero quién era ese joven de tez
morena, quede confundida porque yo lo percibía y lo veía con piel blanca. Ana
no sabia que desde niña veía a las personas con ojos espirituales, era como si no
diferenciara entre el bien y el mal.
Aunque perdí la notica la recuerdo, decía: “La vida
está llena de colores vívelos”, pero yo seguía pensando en la frase que un día escribí
“LA VIDA ES UNA IRONIA CON DIENTES QUE TE SONRRIEN”, también recuerdo a Maurice
Blanchot que dice: -LA ESPERA NO ESPERA NADA.
Somos lo que decidimos ser?
Pensaba que el amor no existía, y si para ella no existía el amor
era lo mismo que negar a Dios. Hoy mi vida pasada está descontruida intento
ahora buscar ojos que tengan ojos…
Soy una desconocida hasta para mí misma. Debo
buscar la forma de recoger el rompecabezas de mi vida entera, algunas veces escribía
sobre esto, recuerdo que era como si mi vida estuviera armada desde que nací,
pero ahora que lo pienso de nuevo, también era como si algo más estuviera sobre
la mesa del rompecabezas, no sé quiza alguna clase de mano tenebrosa jugando
con mis piezas. A veces desbaratada y armada nuevamente, pero la última vez que
sentí que me estaba jugando, recuerdo que no lo dejo armado y que rego muchas
piezas sobre el piso empolvado. Muchos años de insomnio me hacían pensar que
una noche apenas me quedase dormitando no volvería abrir los ojos jamás, el
miedo era el cerrar los ojos, dormir a oscuras aunque me gustase la noche
siempre me gustaban los bombillos me quedaba viéndolos sin parpadear contando
números al azar.
“El pecado huele a pezcado”
22
– Dic – 2012
Ahora
quisiera estar dormida para siempre, descansar de toda hipocresía. Pero es
ridículo pensar en estar dormida para siempre es como querer que cada noche
dentro de las pequeñas muertes, una
noche se extendiera más de lo debido, lo que indicaría una muerte inminente.
Pero no, esto tampoco tiene sentido porque el morir es ridículo, absurdo cuando
te detienes en tantos detalles de cada cosa que vive. Últimamente no recuerdo
lo que sueño es extraño o no, tal vez son los medicamentos que hacen que olvide
toda la parte onírica, o sea, la mitad de mi vida. –(…)La noche es la mitad de
la vida, y la mejor mitad. Aplica esta frase que encontré alguna vez. El
budismo es más interesante de lo que pensaba, había leído sólo algunas cosas
sobre el tema y basta para sumergirme en las proyecciones astrales aunque sólo
lo halla logrado pocas veces –estar consciente dentro del sueño.
En
Abril de este año, tuve miedo de no regresar, no sabia por qué mi espíritu no
quería retornar a mi cuerpo, me costo mucho entrar en mi cuerpo esa mañana. Iba
leyendo varios libros ese invierno en la finca de mi padre y como no tenía nada
más que leer, retome las lecturas bíblicas que hacía cuando estaba pequeña,
hablo de los diez años de edad hacía atrás cuando aprendí a leer como a los
siete años. Durante esa época era una buena persona jajá, obvio era mi niñez
pero igual. Una de las cosas más difíciles es mantenerse niño con el pasar de
los años, el precio es bastante riesgoso también, tener 24 años y ser una niña
siempre en algunas cosas duele.
23 de Diciembre de 2012
Mientras llueve recuerdo Agosto… Recuerdo que
estaba sentada al lado de Diego, tan calmo, tan dulce, estábamos en los
banquitos al pie del rio y frente al bar donde le conocí. No hubiera rechazado
su propuesta la cual era intentar un noviazgo en serio. Le hice mucho daño
cuando le dijo que no podía, que me era imposible intentarlo, pero no sabia que al rechazarlo a él también
lo hacia conmigo misma. Tampoco sabía que era por las viejas heridas que no me dejaban tomar una
decisión tan hermosa como esta.
Fue tan paciente cuando un día le dije que dejara
de llamarme, ignoraba el estado en que me encontraba, días antes
Tal vez no es momento de escribir, dejaré hasta
aquí mientras me independizo.
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